Ni Lifting ni botox… y ¡Que viva la madre que me parió!

Como todos los que siguen mi blog desde mis comienzos, ya sabéis, y para los nuevos, queridos TODOS que me leéis, ya os lo digo yo ahora, desde que me llegó la fatídica hora de cumplir cuarenta primaveras, etapa crucial en la vida de toda fémina que se precie de serlo, y una vez superado tremendo trago, vengo des-cumpliendo años como una posesa. Es como una carrera contra el reloj, para no dejar que mi alma y mi mente se envejezcan, por mucho que mi cuerpo se empeñe en todo lo contrario.
Pues bien, hoy de nuevo, como cada 4 de junio, es mi des-cumpleaños número 34… ¡Ahí queda eso! Y me siento como una Reina. Porque la verdad, ni el lifting, ni el botox, ni la madre que lo fundó… lo que más rejuvenece el alma, es el efecto placebo que provoca el hecho de des-cumplir, en lugar de cumplir, y ser consciente de ello. Tanto es así, que a veces, muchas veces, me miro al espejo y me gusta lo que veo, lo que he conseguido ser y hasta donde he conseguido llegar. Aunque a muchos les parezca una nimiedad comparándome con ellos. Y es que, a solas frente al espejo, este no solo devuelve el reflejo. Devuelve una mirada, un pensamiento, una actitud y un deseo…

Una mirada: Hoy desprende AMOR
Un pensamiento: Para los que ya no tengo cerca.
Una actitud: Hacia adelante, siempre hacia adelante
Y... Un deseo... Hoy me gustaría bailar esto con todos vosotros, pero en especial, con alguien que es como los protagonistas de este video. Bailamos?


Por eso, cuando me miro y veo… No puedo evitarlo y siempre termino diciendo… Ni lifting, ni botox… y ¡que viva la madre que me parió!

Nota: Hoy precisamente, me ha costado muchísimo mostrarme positiva ante el espejo.

Última actualización (6 junio 2009): Mi mejor regalo!!!

Mi peor regalo: Una sarta de mentiras envenenadas envueltas en papel celofán. Ella lo vió... Lo yo lo tuve que escuchar.