19 de noviembre de 2009

Entre Arpías anda el juego... (I)



En mi anterior post me metí con ELLOS, esos adorables seres por los que las mujeres, en el mejor de los casos y desde que el mundo es mundo, suspiramos, hacemos el ridículo y hasta perdemos la dignidad, e incluso, en el peor de los casos… ¡Matamos!
Pues bien, queridos TODOS que me leéis, como siempre, mi post ha levantado ampollas, y no entiendo muy bien porqué, ya que, el que se pica, ¡Ajos come! Lo cual me demuestra, que no debo andar muy equivocada al generalizar sobre ELLOS.


Pero para que no se me acuse de misandria, hoy he decidido hablaros de ELLAS, (nosotras). Aunque mucho me temo, que aquí hay mucho más que rascar, y tendré que postear en dos pildoritas para que no se os atragante… De las mujeres como yo o como la inmensa mayoría de mujeres, (nosotras), ELLAS, esos adorables seres por los que los hombres, en el mejor de los casos y desde que el mundo es mundo, mienten, engañan, hacen el ridículo, pierden los pantalones, el orgullo y lo que haga falta, (algunos han perdido verdaderos imperios), e incluso, en el peor de los casos… ¡Matan!... y aquí no digo TODAS porque es que, ¡Hay algunas que no hay por donde cogerlas!


A lo largo de mi vida, he tenido que bregar, y después entenderéis porqué digo esto, con todo tipo de mujeres… Extravagantes y Convencionales, Exuberantes y Minimalistas, Sofisticadas y Simples, Ascetas y Afables, Hedonistas y Reprimidas, Estoicas y Melindrosas, Histéricas y Cuerdas, Visibles e Invisibles, Inteligentes y Tontas, Fieles e Infieles, Leales y Traidoras, Sinceras y Mentirosas, Emocionales y Calculadoras, Crueles y Bondadosas, Impías y Místicas, Ambiciosas y Desinteresadas, Egoístas y Generosas, Envidiosas y Aduladoras, Posesivas y Desprendidas, Dominantes y Sumisas, Cazadoras y Presas, Dependientes e Independientes, Descaradas y Tímidas, Aburridas y Divertidas, Repelentes y Fascinantes, Oscuras y Brillantes, Tristes y Alegres, Depresivas y Optimistas, Torbellinos de feria y Floreros de cristal, Ardientes Apasionadas e Insatisfechas desilusionadas…


Algunas con roles adquiridos muy identificables, como las Plañideras de corral, las Monjas de solemnidad, las Cotorras de patio de vecinas, las Marujas de mercado, las Modernas de salón. Las que van de Esposas de su señor, de Madres amantísimas, de Hijas de papá, de Bad girl o de Barby girl.


También está clasificada la Casada infiel y no mires con quien, las Putas de su señor y las Señoras putas. Las primeras por convicción y las segundas, por devoción… Princesas ignorantes y Sabias plebeyas, Solteras recalcitrantes, casadas Desesperadas, Separadas exasperadas o Viudas insaciables… Y así podría estar, hasta hacerme sangre en la lengua relatando, tantos tipos diferentes de mujeres, como estrellas hay en el firmamento. Pero yo creo que para enjabonar vuestra vanidad machita, en compensación por lo del último post… ¡Es más que suficiente!


Y quizás, por todo este variado tipo de comportamientos femeninos reflejados perfectamente en el comportamiento animal, y ya que nosotras mismas somos las primeras en descalificarnos unas a otras, pues ya se sabe que el peor enemigo de una mujer, es otra mujer, (hecho este que nunca llegaré a comprender), mientras que ELLOS practican el corporativismo más hermético de todos cuanto se puedan dar en ningún otro colectivo, cuando se ha querido hablar de manera despectiva de una de nosotras, se ha recurrido siempre a la mitología o a la fauna más denostada del reino animal. Llevando grabado en la frente, cual flor escarlata, unas con orgullo y otras con resignación, adjetivos tales como: Loba, Zorra, Víbora, Gata, Lagarta, Bruja, Diablo, Tarántula, Viuda negra, Mantis religiosa, y… ¡Arpía! Y aquí, es donde me quiero recrear como se han recreado la literatura y el cine.


Las mujeres, por naturaleza, somos competitivas desde que nacemos. Desde la cuna, por incomprensible que parezca, competimos con nuestra propia madre por el amor de nuestro padre, para terminar compitiendo entre nosotras, hasta la extenuación si es necesario, por el amor de un hombre…. La estupidez es una cualidad congénita que antes se me olvidó mencionar, sino… ¿De qué? En principio, nos comportamos como VERDADERAS LOBAS que se pelean por conseguir al mejor macho de la manada. Se matan, se destrozan, se envidian, se odian… Son incapaces de convivir sanamente, y se sienten amenazadas si ven cerca de sus dominios ¡una hembra más vistosa! Defendiendo su territorio, del resto de Lobas que representan la competencia y, en especial, de las Zorras ladronas que roban sin distinción. Como en esa memorable escena de “Irma la Docce” donde, como muy bien me relata mi gentil Loulou, Shirley McLaine se enzarza en una fantástica pelea de gatas, sacudiéndole el polvo a Hope Holiday por el amor de Jack Lemon… ¡Priceless!



O como aquella indómita Fortunata, de Benito Perez Galdós, co-protagonista de su novela “Fortunata y Jacinta” que tantas veces ojiplática me dejó frente al televisor, viendo la dterminación con la que se peleaba, como gata panza arriba, con cualquier otra zorra que osase profanar la guarida de SU lobo. O, como me recordaba no hace mucho mi grelinno del alma querido, las ya míticas, ricas y famosas habitantes de Denver, Crystal y Alexis Carrington, peleando un día sí , y otro también, por el atractivo y millonario magnate, (no nos olvidemos de este detalle…) Blake Carrington, que dieron vida a la serie de TV "Dynasty"


Pero de todas las diferentes cualidades, o defectos, esto según se mire ¡Claro está!, que podemos encontrar entre los diferentes tipos de mujeres, hay una que es común a todas ellas, (nosotras), independientemente de nuestro rol particular. Y es que… ¡TODAS LLEVAMOS UNA ARPÍA DENTRO!... Lo queramos admitir o no.


Hay Damas, señoras, mujeres, y… ¡Arpías! ¿Cual de ellas eres tú?... Esto es otra historia, y por tanto... ¡CONTINUARÁ!

5 comentarios:

  1. Ea, no dejaste títere con cabeza y re cuerda que no todos los hombres mentimos, engañamos y matamos por una mujer,
    Jejejejeje

    Besote

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  2. pues que llevas mucha razón, qué te voy a decir..., que suscribo todo cuanto dices, y que lo sufro y experimento en mis propias carnes cada día... jajajaj, pero qué quieres, si como dices, nacemos competitivas, luchamos día a día para que no nos tomen el pelo, y no es que estemos a lo que dónde las dan las toman, sino que a veces erramos en el reparto...
    Generalemente el ser humano tiende a interesarse siempre por aquello que le supone un reto, lo sencillo, ya es obviamente nuestro, ahora tropezar, lo que se dice tropezar dos veces con la misma piedra, no es que nos guste, es que con tacones dificilmente puedes esquivar algunos pedruscos que te encuentras por el camino...

    Y yo, pues no se, podría decirte que puedo ser una Dama de distinguida fama,
    esa Señora que todo el mundo adora,
    una Mujer con lo que hay que tener...
    y una Arpía, si esa mancha de carmín, querida, no es mía...

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  3. ¿qué te puedo decir yo que tú ya no sepas?... pues que sí, que las mujeres sois así pero no creo que sea por naturaleza sino porque el mundo, la educación, la sociedad o llámale X os hace ser así, lo mismo que (como siempre he dicho) sois vosotras las culpables o primeras machistas de la historia y las que seguís cultivando ese machismo contra el que luego también os toca bregar.

    ¿Por qué?, pue je ne sais pas o vete tú a saber... quizás porque son las únicas armas (aprendidas y adquiridas) para sobrevivir en un mundo de hombres (de los llamados hombres aunque hombres hay pocos) o quizás porque sí. No lo sé, no lo juzgo... porque, ¿qué quieres que te diga que tú ya no sepas?, aquí una arpía más que te saluda.

    Eso sí, tal y como veíamos en otra escena revisitada y cambiada... ¡qué bonito cuando las mujeres se unen y acaban con los mitos, generalidades, normas y convenciones!. Y justo ahora que escribo esto me acuerdo de otra peli de estas de "la unión hace la fuerza"... aquella genial "Nine to five". Revisítala, nena, revisitémosla... quizás no esté todo perdido.

    http://www.youtube.com/watch?v=PVKTZ4CEM90

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  4. Cuando las mujeres hablan sobre ellas, me gusta que las mujeres hablen sobre ellas, así que nunca interrumpo, ni rechisto, ni me oso a poner un punto sobre ninguna i... porque, sabes qué?Estáis mal acostumbradas a que el hombre, a que el patriarcado, haya construido vuestro discurso.
    Así que zorras, lobas, arpías...pero tmabién Madres...
    Y, opino como hombre, no debéis caer en la trampa del hombre: debéis ganar esta aprtida pero no con las herramientas que los hombres os han enseñado...

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  5. Hija, yo qué se, conozco hombres muy señoras y mujeres que podrían tumbar de un mandao al mismísimo Tyson. Claro que uno, acostumbrado al esperpento, ya no sabe si es así o así parece, lo que si se es que cada vez más se difuminan estos extremos que señalas, que la globalización va uniformando también, vaya usted a saber si para bien o para mal, el armamento, que hay hombres como áspides y mujeres como armarios; que si antes las féminas, a excepcion de Xena la princesa guerrera, no tenían otra que urdir bajo manga, conspirar y darle a la sinhueso, ahora, no se si será un efecto secundario del traje sastre, cada vez más me encuentro señoras que saltan olímpicamente por encima del disimulo, desenfundan a la mínima y te cantan las cuarenta en voz alta y clara, qué te voy a contar de hombres con todo lo que un hombre tiene que se agazapan en el murmullo, se maquillan a la perfección y sonríen sin ganas. Afortunadamente lo que estaba tan claro se va difuminando, poco a poco, que el músculo es el músculo, pero afortunadamente para quienes os adoramos, el cerebro es el cerebro. Eso si cuando dos gatas andan a la greña me río yo de los hermanos Dalton.
    Se te pasó, y ahora repaso por si acaso, que también (aunque es raro) hay mujeres excelsas ¿o es que en tu casa no tienes espejos? Un besazo

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